Que los poetas mientan...

Que los poetas mientan...
Total, para que sirve esta verdad...?

Quien te dijo que existo...?

miércoles, 20 de agosto de 2008

El ultimo grito


En medio de la calle, con la cabeza triste, cuento lagrimas que escapan de mis anhelos, subrayando aquellas ideas que tejían mi estandarte de guerra antes de la gran derrota que sufrió Dios. En mi piel corre una sensación de vacío profundo evitando que la alegría pueda alcanzarme sinceramente, la soledad no me deja solo, siempre esta conmigo, mi compañera fiel.


Mil veces soñé con el perfume suave de tu mirada apareciendo de la nada ante mi, cerrando los ojos volaba la imaginación a terrenos paradisíacos dentro de este cementerio custodiado por carros furiosos y muertos vivientes e indiferentes. Toda mi inteligencia (si es que existe eso en el mundo sentimental en el que me ahogo) es para atraer tu atención, intento con frases amables gritarte que me salves, cortejo tu aura misteriosa e impredecible una y otra ves, soñando con un beso que nunca llega. Las charlas que sostenemos se extienden eternamente en el cielo, me deleito en tu hermosa imagen esperando que te materialices. Mil veces soñé con llegar al corazón del mundo, acariciar melodías sinceras para alimentar el amor que tanto falta en esta realidad llena de pesadillas, arrancar lagrimas de felicidad a las personas mas abatidas por el paso del tiempo, por el paso de podadoras crueles que segan tantos deseos, tantos sueños tan frágiles, que se rompen con el leve respirar del miedo.


Cambiar al mundo, ser libre hasta de mi mismo, que me amen y amar, estar acompañado no solo por ti, sino por todos, todo esto causa amargura en la sonrisa habitual. Una mascara casi real a engañado a todos, carajo, a veces hasta a mi. El maquillaje hermoso y la apariencia fina, es solo el estuche que contiene toda esa eternidad hambrienta de compañía real.


En medio de la calle, la noche cae en mis hombros, la oscuridad rodea mi pesado cuerpo y el frió empieza a herir cada uno de mis poros. El tiempo pasa lento mientras prendo un cigarrillo, poco a poco se consume la fingida alegría que daba esperanza a mis sueños rotos y aparecen recuerdos desolados del mundo infantil destruido por la religión, recuerdos del fin del mundo como lo imagina la inocencia corrompida por el Diablo que es solo un juguete. Hace mucho que jugué a ser adulto y ahora, me doy cuenta que nunca deje de jugar, un dejo de frustración vela mi lucidez,


¿Cuándo fue que decidí ya no ser mas un niño?


El cigarrillo se extinguió rápidamente entre suspiros amargos, ahora me siento mas solo que de costumbre, la noche es profunda y la calle interminable, levanto la vista y una sombra se dibuja a lo lejos, la humedad en mis ojos no permite distinguir la forma aunque, eso no importa. No tiene importancia encontrar a otro solitario si tengo otro cigarrillo en mis dedos, la llama del encendedor ilumina una fracción de la noche dándole mas tranquilidad y pesadumbre a mi pecho, exhalo el humo gris del nocivo compañero mientras mis ojos se posan en la sombra repentina.


Nunca estuve acompañado, siempre acompañe, no necesitas pedir ayuda pues ya la tienes, El disfraz de superhéroe me acomoda bien, lagrimas de todo brotan de mis ojos tristes, ayudar pidiendo con voz muda la misma ayuda, darte cuenta que eres sordo, que no escuchas, que Dios nos abandono, o que nunca existió, solo estamos nosotros y no escuchamos, estar a tu lado, darte mi hombro, secar tus lagrimas y hacerte olvidar que estas triste para que te levantes y andes tan fuerte como es posible mientras yo me agrieto mas y mas. Ser una almohada o ser un pañuelo es lo que e venido siendo siempre, el disfraz de superhéroe esta bien en mi, pero no lo soy, no soy la tranquilidad de mi rostro ante el embate de los problemas, no soy el chico ecuánime que ve todas las posibilidades sin inmutarse ante la adversidad de los malos ratos. La tristeza se desborda en mi corazón inundando el pecho, escapando en lagrimas.


La sombra ahora esta mas cerca, su silueta delata una figura fina, esbelta, parece hermosa, como la primera ves que rocé la idea utópica del amor. Añorar tu llegada era el pan de mis días, soñar con la caricia cálida de tu piel. Te presentaste ante mi como un sueño, como algo inalcanzable, tu imagen proyectaba tanta profundidad, tanta seguridad que temblaba ante la idea de cortejarte. Espere muchas eternidades para entrar en tu pecho, soporte tormentas furiosas por parte de tus recuerdos haciéndote mi apoyo, creí que la soledad había sucumbido ante tu presencia, ante tu fortaleza. Entraste en mi alma adueñándote de mis esperanzas, dando fuerza a mis piernas, golpeando al mundo me levante desafiante pues el ímpetu que me alimentaba venia de ti, de tu calor, de tu belleza tan singular, cambiar al mudo ya no era solo un sueño, ya era algo que podía rozar. Poco a poco la gran armadura brillante se fue opacando, el gran manantial que mitigaba mi sed se fue secando, lentamente la seguridad y todo aquello que me fortalecía empezó a menguar al explorar el mundo subterráneo donde no hay mascaras. Pronto me di cuenta que mi carga era mas fuerte de lo que yo pensaba, te estaba rompiendo muy suavemente y desperté en la penosa realidad, yo siempre fui tu apoyo, la fuerza que me convertía en un gran guerrero solo era una ilusión creada por mi desesperación. Un mar de inseguridades conducía tu embarcación y al final, me encuentro con mi amiga la soledad que se burla de mi.

-Nunca estuviste acompañado – dice mi malvada compañera,
-Cierto, -respondí- pero la ilusión me hizo feliz durante mucho tiempo, logre acariciar la idea de cambiar al mundo y no me sentí tan solo
-Tienes razón, pero eso no cambia que todo fue una mentira que creaste tu mismo.

El cigarrillo se a consumido, rápidamente intento encender otro para olvidar la fatalidad de mis sentimientos, el maldito encendedor no funciona, la desesperación y la frustración de nada se adueñan de mi, estoy casi por explotar cuando una pequeña llama aparece ante mi, por unos segundos miro la luminosidad amarillenta en medio de mis tinieblas, lentamente acerco mi cabeza con el cigarro en los labios, enciendo inhalando una profunda bocanada escuchando el tronido del tabaco y con un suspiro doloroso, despido el vaho gris. La mirada se levanta y una imagen entra impetuosa en mi realidad y en mi imaginación. Una dama es ahora lo que una sombra fue antes, mirada profunda y la piel blanca, cabellos negros como la noche de mi alma, ataviada con ropa negra como si estuviera de luto. Ella me trae tanta paz, estoy en medio de la realidad y del sueño, su presencia fría me tranquiliza, ella extiende su brazo para tocar mi mejilla y al contacto, un escalofrió recorre cada centímetro de mi piel erizándome todo, se acerca para besarme y no puedo resistir, cierro los ojos para sentir como sus labios se posan en los míos, nos besamos. Nos fundimos en la eternidad, parece que la caricia húmeda me eleva ante un abismo oscuro, termina el beso y al abrir los ojos, toda mi vida pasa ante mi, todo lo que soy, mis miedos, mis sueños, todo.


Regreso a la realidad de mi sueño y la mujer ante mi esboza una tierna sonrisa, una lluvia de lagrimas amargas salen por cada poro de mi piel, en la garganta un nudo, ella abraza mi cuerpo lleno de dolor y yo lloro en su hombro como nunca lo he hecho, siento como desde lo mas profundo de mi alma, de mi corazón, todo el dolor y la soledad escapan sin dejar huella, toda la oscuridad de mi alma sale de mi cuerpo, lagrimas negras que vienen desde lo mas profundo de lo que soy yo empapan el cuerpo de esta misteriosa mujer. Por una vez en mi vida, me siento tranquilo, la mujer me consuela y yo lloro mas fuerte, me entrego como un niño a su abrazo, su cuerpo frió me trae consuelo y paz, mi vida lentamente se extingue junto con las lagrimas...


Ya no hay mas lagrimas, una sonrisa de felicidad verdadera se forma en mi cara, el amanecer a llegado, los primeros rayos del sol asoman lentamente, tomo la mano fría de mi salvadora y emprendo la marcha a ninguna parte pero, antes de dar un paso, ella me detiene y me acerca a sus labios, nos besamos nuevamente. Nos miramos fijamente por un largo rato, el sol se levanta imponente, maravilloso, la noche se retira poco a poco. Ella voltea hacia un lado, volteo con ella y veo un cuerpo tirado a la mitad de la calle, me acerco, es un hombre, su aspecto me es conocido...


La extraña realidad alcanza a proyectarse muy nítidamente en mi cabeza para darme cuenta que es mi cuerpo, ya no estoy vivo, ya no siento pena, ni miedo; mis ojos buscan a la mujer vestida de negro y ella esta al final de la calle, esperándome con una sonrisa, la luz del sol la hace mas hermosa de lo que parece, ahora ya no recuerdo nada, me acerco a la luz junto con mi nueva compañera y juntos recorremos un camino infinito.



FARR


Arlekyn

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿¿¿ CUANDO FUE QUE DECIDISTE YA NO SER MAS UN NIÑO...???
SABES... YO AUN PUEDO VERLO.
A VECES TENEMOS ANTOJOS MAL ENCAUZADOS....

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...